Ser facilitador/a de sanación es comprender, integrar y vivir su práctica, arte y filosofía en nuestra vida y, al hacerlo, elegirla como dedicación y como la forma de apoyar y ayudar a otros a conectar con su propia esencia, su centro de creación y su vibración más elevada.
Desde esa conciencia, se produce un salto excepcional
para ti y para toda la Humanidad.